Cita: "Vibra el diapasón del océano / Gimen los
árboles violinistas” de Guillermo de
Torre (del poema “Resol”, 1920, dedicado a Norah
Borges).
Sinopsis: Yo he pasado, paso
y pasaré largas estancias temporales en el fragmento de huerta correspondiente
a mi pueblo (Godella), el cual es mi lugar de residencia actual. A causa de
estas reiteradas estancias observé que, aun no estando al borde del mar,
ubicarse ahí es muy similar a situarse en la playa. Incluso al margen del Sol y
de la franja horaria, puesto que el viento que se desplaza hasta ahí llega con
el ritmo de la brisa marina. Este vaivén me traslada al mar permaneciendo en
la tierra, aunque a veces la interferencia de otros sonidos es capaz de
destrozar este periplo. Así pues, he escogido precisamente esta cita, no para
interpretarla, sino porque es la síntesis perfecta de la interpretación que ya
había cultivado, como buena hija de la Huerta Norte, entre los naranjos.
(Y ahí reírnos
viendo como a cada minutero se lo devora el oleaje. Marea)
Si bien,
tras varias ocasiones de tránsito, finalmente ha sido otro espécimen arbóreo el
que pone su sonido a conjunto con el viento. Y también se han unido al juego
(sin invitación) los sonidos de un caballo, de niños, pájaros e insectos; sin
embargo, su presencia es más sutil.
Esta
grabación no ha sido manipulada en cuanto apenas precisamente para mantener la
confusión sonora originada en el espacio a causa de las interactuaciones de los
elementos principales anteriormente citados.
Duración: 30 segundos.
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